La divina Emma Brea de Onecinemalover la semana asistió a la premier de la obra de Carlos Saura en representación de Con Opinión, los invito a ver esta entretenida nota que hizo para ustedes.
El pasado miércoles tuve el placer de asistir a la premiere “El rey de todo el mundo”, película dirigida por el cineasta español Carlos Saura. Tan pronto como me senté en la butaca me di cuenta que iba a disfrutar de una experiencia diferente a lo que acostumbraba. El filme empezó como si se tratase de una obra de teatro. Un escenario, focos potentes, butacas y dos personajes iniciales era lo que veíamos en la primera escena.
El director de la obra y la supuesta actriz y coreógrafa de la obra presentaban la obra y nos introducían un relato de amor, dolor y sueños. Desde ese inicio la película se podía preveer que la película no iba a dejarnos mal sabor de boca en cuanto a su escenografía y fotografía del artista Vittorio Storano.
Personalmente yo disfruté de ella de principio a fin, no se me hizo pesada ni larga y, aunque se tratase de un musical poco convencional el conjunto de bailes, banda sonora de Alfonso G. Aguilar y Vittorio Storano y escenografía hacían que no pudieras despegar tus sentidos de la pantalla. El traslado de la música folcrórica y bailes mexicanos mezclados con un tono más modernizado y no tan tradicional era perfecto. Podría estar tiempo hablando de las siluetas, de los movimientos coordinados de los bailarines, del juego de luces o los recurrentes espejos de Saura.
Pero para mí, a pesar de haber disfrutado la obra, lo que no consiguió convencerme fue la trama y relaciones entre personajes. La historia de trasfondo y las relaciones interpersonales de los protagonistas Inés (Greta Elizondo), Juan (Izaak Alatorre) y Diego (Isaac Hernández) no acaba de cuajar y se ve forzada.
Un triángulo amoroso que funciona muy bien en los bailes y escenario, pero no en las conversaciones y diálogos. Los mismo sucede con la trama de Inés y su familia interpretados por Enrique Arce y Eulalia Ramón. Se ve una historia extremadamente forzada, dramática que nada cuaja con el resto de escenas. Por mucho que pretendan representar la novela mexicana la forma de mostrarlo al espectador no acaba de convencer creando por veces una obra inconexa y que hace que pierda fuerza. Por otro lado, si nos vamos a la relación entre Sara (Ana de la Reguera) y Manuel (Manuel García Rulfo), ayuda a comprender la historia y funciona mucho mejor que el resto.
De esta parte debo destacar que me llamó especial atención la paradoja de que Sara interpretara a una parapléjica y que la película muestre como ella puede caminar haciéndonos ver que solo es una interpretación. De hecho, el no saber lo que es real de lo que no hasta el final es algo que Saura ha hecho muy bien confundiendo al espectador en todo momento y haciéndose plantear si lo que está viendo es parte de la obra o es realidad.
Por todo ello, la conclusión que saco es que la película debe hacernos sentir, dejar a un lado el entendimiento y disfrutar de los números musicales que por lo menos en mí, consiguieron estremecerme más de una vez. Carlos Saura consigue así acercarnos a un teatro, a como si nosotros mismo estuviésemos viendo la función en directo, una función llena de belleza y pasión.
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